Que algo sea considerado basura o alimento va a depender de las acciones que tome el ser humano. En un planeta donde la población mundial se acerca a los 8.000 millones de habitantes, la búsqueda de aprovechar al máximo y de cuidar las fuentes de alimento y el acceso al agua potable debería ser primordial en la agenda de todos los gobiernos.
La mayoría de los que hoy caminamos por este mundo fuimos creciendo en un mundo donde es visto como “normal” que la vida útil de las cosas sea cada vez más breve. Mas allá de las modas, los productos son diseñados para que en el corto plazo queden obsoletos y el consumidor se vea obligado a renovarlo.
Si un artefacto deja de funcionar, es imposible conseguir un repuesto; o en otros casos le agregan una función, que hace parecer al “viejo” modelo completamente inútil. Esto genera además de una sensación de ansiedad, ya que necesitamos pertenecer permanentemente a un sistema vigente, toneladas de basura.
En el caso de los alimentos, la reutilización de lo que se descarta tiene por razones obvias un tiempo útil mucho más corto. En un mundo donde cerca del 10 % de la población pasa hambre, se torna urgente buscar medidas que reduzcan ese porcentaje. En América Latina, se tiran alrededor de 350.000 toneladas de alimentos por día, y mas del 50% de esa cifra se produce en los hogares.
Alrededor de un 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociados con alimentos que no se consumen.
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No es basura, es alimento
Si bien hay organizaciones que ayudan a reducir el desperdicio dándole una segunda oportunidad a lo que se convertiría en basura, el cambio también es posible con pequeñas medidas que se pueden adoptar desde casa.
Por ejemplo: con un buen almacenamiento según la naturaleza del producto; revisando la caducidad; aprovechando la vida útil con el congelamiento según corresponda; haciendo compras “inteligentes” con una lista ordenada para el mercado y también incorporando rutinas sostenibles ya sea aprovechando al máximo los productos o generando el menor impacto al medio ambiente con el reciclaje.
Por otro lado, existen organizaciones, como es el caso de Banco de Alimentos en Argentina, que genera alianzas entre donantes (empresas, fundaciones) y organizaciones comunitarias. Esto bajo el lema: Menos hambre, más futuro.
Aplicaciones como To Good, To Go, que es gratuita y está disponible en la mayoría de los países europeos, permite a restaurantes y supermercados vender el exceso de comida a los consumidores, a precios muy económicos, evitando el desperdicio.
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La razón de este articulo, es concientizar que las medidas también deben tomarse desde casa, por pequeñas que sean pueden generar un impacto positivo, y subrayar que lo que para uno puede ser considerado basura, para otro, ese desperdicio significa la única comida del día.